Uno de los mayores retos para los ganaderos es el control y prevención de parásitos que afectan directamente al ganado. Los parásitos en los bovinos pueden llegar a causar pérdidas económicas ya que esto influye directamente en su capacidad productiva. Pero principalmente, afectan a su salud produciendo lesiones, pérdidas de sangre y afecciones que ponen en riesgo su bienestar. La desparasitación es sin duda la mejor forma de prevenir enfermedades que afecten al ganado.
En función de la ubicación en la que se encuentren dichos parásitos, se pueden clasificar en parásitos internos (endoparásitos) y parásitos externos (ectoparásitos). Los internos son aquellos que se localizan en el aparato digestivo, pulmones, sangre y tejidos del ganado. Mientras que los parásitos externos son los que se localizan en la superficie del animal. Estos parásitos necesitan completar su ciclo de vida para poder subsistir. Unas condiciones de temperatura y humedad apropiadas para su desarrollo serán necesarias para que adquieran la capacidad de infestar a sus huéspedes.
Fuente: https://www.blog.consentidovacuno.es/
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