¿Cómo acercarse a un caballo? Desde dos metros antes y con la palma de la mano abierta. Así nos solemos acercar y así está mal hacerlo. El ser humano es el gran depredador, el individuo situado más alto en la escala de la supervivencia. La mano extendida y en alto es señal de garra, de ataque. El caballo no entenderá que pretendemos acercarnos a él amigablemente, a tocarlo, a sentir su piel. El animal, si nos ve dirigirnos hacia su posición con las manos en ‘garras’, lo que piensa es que vamos a atacarle.
Siempre aproxímese a un caballo por el lado izquierdo, y si es posible por adelante. Háblale suavemente cuando se esté acercando, si lo hace desde atrás, para que se percate de su presencia. Cuando lo tenga al alcance de su mano, toque primero al caballo acariciándole suavemente el hombro o un anca y muévase con calma hacia la cabeza.