La cadena de eventos que lleva a una enfermedad emergente en cerdos así como en otros animales de producción es muy variada. En resumen, las razones están relacionadas con las actividades humanas y/o cambios en los microorganismos. En el caso de enfermedades infecciosas, los microorganismos, el huésped y los factores ambientales interactúan creando oportunidades para los patógenos de evolucionar y dispersarse.

Partiendo de investigaciones retrospectivas, parece que la mayoría de los patógenos y asuntos de salud que han emergido en las últimas décadas se han dado en respuesta a la presión ecológica más que cambios evolutivos en los patógenos. Los detonadores de estas enfermedades emergentes son por tanto, producto de la actividad humana en mayor parte. La gran escala y rápido uso de los alcances tecnológicos, incluyendo farmacéuticos pueden también mencionarse aquí.

Por lo anterior, en un intento a responder la cuestión “¿qué se puede hacer?”, el primer punto es probablemente hacer que los profesionales estén realmente conscientes de las consecuencias. Las palabras clave en este campo son: educación, control de calidad, responsabilidad, comunicación; pero es realmente complejo y existen obstáculos muy serios.

Una vasta cantidad de conocimiento no debatible está disponible y listo para ser aplicado en la cadena productiva del cerdo, pero desafortunadamente hay dificultades e incluso renuencia a usarlo, en parte tal vez a que está contenido en apartados diferentes. Existe una urgente necesidad de construir puentes entre disciplinas científicas. Otro hecho es la economía. Las actividades humanas están usualmente conducidas a corto plazo por la economía, y desafortunadamente la salud rara vez se lleva bien con objetivos a corto plazo.

Técnicamente, la prioridad se dá en la bioseguridad y la vigilancia. La movilización de animales vivos es un riesgo ya que son por mucho los transmisores más importantes de patógenos específicos. El comercio de subproductos de origen animal y su uso especialmente en las dietas puede ser otra fuente de riesgo cuando su inocuidad no esté garantizada.

Como vigilancia, existe la necesidad de un canal permanente de personas que activamente cooperan, iniciando con los productores que están en contacto directo diariamente con los animales. La clave para una alerta temprana está en sus manos. Más importante es la necesidad de mantener una relación de confianza con veterinarios capacitados, alentados a ser los vigilantes y comunicadores de cualquier signo clínico de enfermedades exóticas o patrones clínicos anormales.

La disponibilidad de laboratorios  modernos de diagnóstico es otra necesidad donde los científicos con gran experiencia puedan trabajar en contacto cercano con equipos de investigación en campo y académicos. Son tan críticos como básicos, la investigación aplicada y los esfuerzos para desarrollar recursos como herramientas de diagnóstico y vacunas.

Debe tenerse en mente que aún con buenos sistemas de vigilancia, se pueden presentar enfermedades emergentes. El objetivo de la vigilancia es reducir en lo posible la diseminación y disminuir el impacto. La cuestión de la vida silvestre viene después. Para nuestros cerdos domésticos, los animales silvestres sólo son un problema si hay contacto.

La vida silvestre por sí misma no es de mayor importancia mientras las reglas de bioseguridad se respeten estrictamente. El rol de los oficiales, y organizaciones nacionales e internacionales no puede ser ignorado. Su papel es principalmente indirecto. Además de los usuales aspectos de regulación como los relacionados a la producción y comercio de animales, agricultura en general (uso de tierras, respeto por la biodiversidad), su apoyo a canales de vigilancia de salud y sistemas de monitoreo es crucial.

En cuanto a los profesionistas, su preparación para enfrentar brotes críticos a través de planes confiables, incluyendo sacrificio sanitario y de ser aplicables, vacunas, es otro factor clave. Las autoridades deben jugar también un rol en la educación poniendo énfasis en la medicina popular y la salud pública veterinaria.


Conclusión.

Las enfermedades emergentes o re-emergentes son una constante amenaza, tanto para los cerdos como para otras especies. Hablando honestamente, la aparición de nuevas enfermedades en la actualidad es impredecible y la comunidad científica debe reconocerlo humildemente.

Aún cuando podamos fácilmente decir que las nuevas enfermedades llegarán a nuestras granjas, no podemos precisar a cuál, dónde o cuándo. Aunque la emergencia local de una enfermedad ya conocida pueda tener brotes de pronto en cualquier lugar del mundo, no puede ser propiamente predicha. De cualquier manera, todos en la cadena de producción del cerdo deben estar atentos de la amenaza y conducirse correctamente (poner atención a la bioseguridad externa, vigilancia, preparación).

Una vez que el evento de salud ha emergido, lo mejor que podemos hacer es reducir el impacto negativo. Detección pronta, reporte, acciones y planes son pasos apropiados y cruciales sobre los que se necesita crear conciencia.

fuente:  www.porcicultura.com

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